Hay viajes que son más que un destino. Son una reafirmación de por qué hacemos lo que hacemos.
Hoy, al mando del Journey, Guille Mellado. Director de marca en Pilatus.
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Esta vez, mi mujer, mi hijo y yo nos aventuramos a la región que nunca deja de impresionarme: la Toscana. Florencia ya había sido una de mis ciudades favoritas, pero esta vez quise redescubrirla a través de los ojos de mi familia, combinando trabajo y vida personal de la forma que siempre he soñado.
Madrugones y cappuccinos
Soy madrugador.
Me encanta ese momento en el que la ciudad despierta y puedo atender los correos con un cappuccino en una cafetería perfectamente cuidada. En Florencia, esto tiene cierto aroma de ritual.
Trabajaba desde las 6:00 hasta las 9:00, aproximadamente, y después nos lanzábamos a recorrer las calles, disfrutando de una ciudad cuyos rincones siempre tienen una historia que contar. Fue durante un tour guiado, mientras sostenía otro café, cuando realmente me di cuenta de lo especial que es poder combinar estas dos partes de mi vida: productividad y disfrute.
Momentos que se quedan grabados
El Ponte Vecchio nos recibió con una vista espectacular del río Arno. Mientras mi hijo alucinaba viendo a los piragüistas aficionados pasar por debajo del puente, yo pensaba en todo lo que representa Florencia: arte, arquitectura, historia... Es un gran despertador de creatividad.
En Pisa, aunque ya conocía la famosa Torre Inclinada, sigue siendo impactante verla en persona. Pero lo que realmente disfruté fue la cara de asombro de mi hijo al encontrarse con un carruaje tirado por caballos. Él es capaz de encontrar asombro en prácticamente cualquier escena que para nosotros pasa desapercibida. Me encantaría ver la vida desde esa vista.
Siena me sorprendió por su vitalidad: tiendas, estudiantes de Erasmus, y la sensación de estar en una ciudad pequeña, pero con mucha vida. Y en la Piazza del Campo, verla casi vacía por la mañana en temporada baja fue un regalo.
La magia de la Toscana
San Gimignano y Volterra me transportaron directamente a otro tiempo. Es imposible recorrer esos caminos y no pensar en las escenas de Gladiator, especialmente cuando llegamos a la localización de la famosa escena en la que Russell Crowe regresa a su hogar. Esos paisajes parecen sacados de un sueño, con colinas interminables y caminos bordeados de cipreses.
Un estilo de vida a medida
Este viaje fue una confirmación de lo que quiero para mi vida: flexibilidad y equilibrio entre mi trabajo y mi vida. Al final es lo que queremos transmitir en Pilatus. Me gusta trabajar mientras viajo, pero también quiero disfrutar del día con mi familia, descubrir nuevos lugares y crear recuerdos. La clave, para mí, está en encontrar ese balance que permita que ambas cosas coexistan.
Inspiración para Pilatus
Llevaba conmigo mi mochila Urban, perfecta para llevar todo lo que necesitábamos durante el día, y mi termo de café, que fue un compañero imprescindible en los largos trayectos en coche por la Toscana.
Pero hubo un momento en particular que me hizo reflexionar: al pasear por esos escaparates tan cuidadosamente diseñados de Florencia, pensé, “Ojalá un día Pilatus esté aquí”.
Es una ambición que quiero perseguir, pero siempre manteniendo los valores que nos definen.
Este viaje, además de suponer una pausa en el camino, fue la reafirmación de que la vida puede ser exactamente como la imaginas. Solo necesitas ganas y fuerza para construirla. Y eso es lo que intentamos reflejar cuando hablamos de Pilatus.
Gracias por permitirme escribir esta nueva página en el Journey, y de haber compartido conmigo este ratito. Nos vemos en el siguiente destino.
Fuerte abrazo,
Guille Mellado.
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