Con la llegada de la sostenibilidad a la moda, palabras que habían perdido valor como algodón pima, lana merino o cashmere, han vuelto a primera fila.
El uso de materias primas más sostenibles es el punto de partida para muchas marcas que se han instalado en un modelo de menor impacto. Además, en los materiales está también la última frontera de la sostenibilidad, la circularidad, el paso más complejo pero también más estratégico en esta transformación.
Antes resultaba difícil que un gigante de la distribución estuviera en contacto con la fábrica de hilatura o de tejeduría y a día de hoy son ellos los que llaman directamente para incluir su etiqueta en las prendas.
Pero, ¿cuáles son y en qué se diferencian las materias primas sostenibles?
Aunque el poliéster es la materia prima más utilizada de la moda, los esfuerzos en materia de sostenibilidad se han centrado en el algodón, que representa un 23% de la producción mundial de fibras .
De todo el algodón que se produce, el 25% es ya lo que la organización Textile Exchange define como “preferente”, es decir, más sostenible que el tradicional.
La opción más sostenible, el algodón reciclado, es por ahora minoritaria. Según la Ellen MacArthur Foundation, sólo el 1% de toda la ropa se recicla en nuevas prendas. En el caso del algodón, el reciclaje puede realizarse con procesos mecánicos o químicos pero, igual que ocurre con el poliéster, la principal dificultad reside en separarlo cuando se encuentra mezclado con otras materias primas.
El poliéster es la materia prima reina en la moda, con una cuota de más del 50%, pero su origen, el petróleo, ha hecho que sea el algodón la que concentre el grueso de los esfuerzos en sostenibilidad. La tipología más común de poliéster sostenible es el reciclado, principalmente el realizado a partir de plástico PET, que en 2019 representó ya un 14% de la producción mundial, según datos de Textile Exchange. En 2008, apenas suponía un 8%
El tercer grupo de materias primas más usadas son las celulósicas. Sólo el 1% de la producción mundial es reciclada pero entre el 40% y el 50% está certificada por el Consejo de Administración Forestal (FSC, en sus siglas en inglés) o por la Asociación para la Certificación Forestal (Pefc).
Completan la lista de materias primas más empleadas la lana, aunque su peso no llega al 1%. Dentro de la lana virgen de oveja, en torno a un 3% es considerada “preferente”
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